Categorías
Salud

El Estado ya sabía en 1999 que el 60% del naval sufría una exposición grave al amianto

Así lo indica un informe de ese año del Sistema Nacional de Salud | La afección final fue del 70%, con 20 muertes al año en astilleros gallegos | Agavida: “Se miró para otro lado”.

A finales de los años 90, un manto negro empezó a extenderse por el naval gallego. Aquellas promociones de aprendices de la posguerra se borraban en las fotos antiguas, a golpe de graves enfermedades pulmonares sobre todo en la ría de Ferrol. En 1999, el Sistema Nacional de Salud ya tenía informes que revelaban que el 60% de los trabajadores de buques —en clara alusión a la construcción, pero también reforma y mantenimiento— sufrían una exposición grave al amianto. Partiendo de datos de reuniones sindicales a nivel internacional celebradas en Bruselas dos años antes, dicho estudio médico apuntaba que según las normas de la época los registros permisibles de mezclas de amianto, entre ellas crisolito, eran de 0,30 fibras por cada centímetro cúbico. En los astilleros, la concentración era casi del doble: 0,55 fibras por cada centímetro cuadrado. A pesar de este informe y de muchos otros, la dirección de los astilleros públicos —entonces Bazán— y el propio Estado tardarían años en reconocer el mortal impacto de este material cancerígeno en los obreros del naval.

De hecho, sigue pendiente el fondo de compensación estatal para las víctimas del amianto. Por él aguardan nada menos que 12.000 antiguos trabajadores del naval público gallego que se encuentran afectados por este mineral. Cuando este diario traslada los datos de ese informe del Sistema Nacional de Salud de 1999, la asociación de víctimas Agavida ni siquiera se muestra sorprendida. “La administración pública y la dirección de los astilleros miraron durante décadas para otro lado”, confirma su presidente, Xoán Xosé Pita. Apunta que “cuando en el resto de Europa e incluso en EEUU se estaban tomando medidas contra el amianto, aquí campaba a sus anchas… no sabemos si la administración estaba influenciada por su uso en la construcción con la uralita o por otros motivos”.

Finalmente, como indican las cifras de la consulta específica del amianto que lleva la neumóloga Carmen Diego en el hospital Arquitecto Marcide, la afección ha llegado al 70% de los trabajadores del naval de Ferrolterra. Desde que cayeron enfermas aquellas generaciones de aprendices de la posguerra hasta recientemente, la media de muertes es de 20 al año por culpa del amianto.

“En los astilleros, sabían el problema que existía pero continuaron usando el amianto y ahora vemos las consecuencias”, indica Pita sobre un material que se prohibió en España en 2002. “Los trabajadores que estuvieron en mayor contacto con este producto son los que ahora rondan los 80 años, que estuvieron en la época de mayor manipulación del amianto con la llegada de los buques americanos que se reformaron totalmente en la factoría de Ferrol”, explica Pita.

Muchos de esos operarios ya han muerto en los últimos 20 años. Otros, como el histórico sindicalista Rafael Pillado, comunican estos días una enfermedad sin remedio.

“Algunos médicos incluso culpaban al tabaco”
El impacto del histórico Rafael Pillado

El histórico sindicalista y luchador antifranquista Rafael Pillado anunció recientemente que a duras penas le queda un año de vida debido al amianto. En una entrevista con este diario, explicaba que “este material cancerígeno estaba por todas las esquinas de Bazán, había almacenes de amianto; en el área de monturas, los trabajadores cortaban telas de amianto”. Y recordaba que “en monturas murieron todos menos uno que me llamó el otro día para avisarme de que solo quedaba él vivo”.Pillado entró como aprendiz en 1957 con 15 años y salió prejubilado en 1999. Ya como aprendiz, incubó amianto al arrancarlo de los buques tipo Audaz para su remodelación desde 1959.

En textil y mantenimiento ferroviario

Los informes a los que hacía referencia el Sistema Nacional de Salud también indicaban en 1999 que el 65% de los trabajadores del textil estaban expuestos al amianto. Pero la cifra más impactante llegaba en el mantenimiento ferroviario, con una exposición del 100% de las plantillas. Curiosamente, se contaba con un registro de centros de trabajo con exposición al amianto. El estudio indicaba que el 60% de los trabajadores en buques estaban gravemente expuestos al amianto. Pero se había decidido no incluir los nombres de los astilleros en el listado de empresas. Esta peculiaridad tampoco sorprende a los responsables de Agavida, “insistimos en que se miraba para otro lado”. Basta con recordar que la construcción y reforma de buques militares se realizaba, y se realiza, en factorías de titularidad estatal. Agavida calcula que en Galicia hay aproximadamente 17.000 antiguos operarios de astilleros públicos enfermos por culpa del amianto.

Insisten desde la Asociación Galega de Vítimas do Amianto en que “las administraciones eran conscientes de esta problemática pero es evidente que miraron para otro lado”. Recuerda su presidente que “las empresas tardaron muchísimo en tener una reacción ante el amianto, no hace muchos años los informes médicos de los responsables de los astilleros públicos —ahora bajo el nombre de Navantia— se negaban a hablar de una enfermedad profesional, e incluso culpaban al tabaco de las dolencias de los operarios”. Xoán Xosé Pita destaca que “Rafael Pillado es el que más claramente habla de este problema, ¡cuántas personas han muerto con el mismo caso que Rafael!”. Y agradece especialmente que Carmen Diego “pusiera todo encima de la mesa, que si no algunos continuarían escondiendo este problema”. La situación que empezó a vivirse en Galicia hace más de 20 años ahora se inicia en otras zonas de España. “En Cartagena, las asociaciones se encuentran con esta problemática en los astilleros y en otras empresas”.

Fuente laopinioncoruna.es