Las trabajadoras no seremos carne de cañón de las potencias y empresas que se enriquecen con nuestras muertes.
Una vez más resuenan tambores de guerra. Las empresas de armas se preparan para ganar millones y los estados encienden los discursos patrióticos. Y una vez más, en clase trabajadora nos tocará resistir contra la maquinaria bélica. Nosotros nunca ganamos ninguna guerra, ya que somos quien pone los muertos y el sufrimiento, pero cuando la cosa se acaba (si es que nunca se acaba), son las élites quienes se reparten el botín, pidiéndonos aún más sacrificios en nombre de la «reconstrucción», la «patria» o cualquier otro invento que se les ocurra.
Si no queremos ser carne de cañón de los estados que nos oprimen y de las empresas que nos explotan debemos tener muy claro quién es nuestro enemigo. Porque la única guerra que debemos luchar es la de clases.
Hoy Ucrania es noticia. Lo estará mientras interese a quien nos gobierna. Cuando ya no sea rentable, pasará a ser uno de los tantos conflictos olvidados ( Palestina, Yemen, Libia…). Hoy y siempre, toda nuestra solidaridad internacionalista con los pueblos de Rusia y Ucrania y con los del resto de países en conflicto por los intereses de las élites.
CGT-Cataluña
Sindicalismo 