- La dirección de la fábrica de componentes del automóvil accede a abordar el futuro de la planta en una reunión con el comité ante Trabajo.
La representación sindical de Pilkington Sagunto ha comenzado a buscar apoyos para la continuidad de la planta y ha trasladado sus reivindicaciones en el conflicto que le ha llevado a la huelga a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero.
El primero de los paros previstos durante el mes de marzo en las instalaciones de Pilkington Sagunto, uno de los proveedores de Ford Almussafes, arrancó ayer con un elevado índice de seguimiento y permitió «paralizar prácticamente la producción de la factoría».
Desde primera hora de la mañana, diversos piquetes, que llegaron a quemar neumáticos, informaron a los vehículos que circulaban sobre el objeto de la huelga y de las consecuencias no solo para los trabajadores de Pilkington sino también de su impacto en si se produce el cierre de la factoría especializada en cristales y limpiaparabrisas.
Según el Comité de Empresa, la salida de 37 personas que ha planteado la compañía a través de un plan de jubilación, es solo el principio, «un dado envenenado», y cree que «detrás está el cierre de la línea de parabrisas», en las que trabajan más de un centenar de personas. Esto a su vez, conllevaría «la pérdida de la viabilidad de la planta», en la que trabajan unas 400 personas, advierten. El pasado jueves, la dirección de Pilkington Sagunto y los representantes de los trabajadores volvieron a acudir, por segundo día consecutivo, al Tribunal de Arbitraje Laboral (TAL) a un acto de conciliación en el que tampoco alcanzaron un acuerdo.
El inicio de la huelga llega una semana después del anuncio de un ERE en Almussafes que llevará al despido de 360 personas de los 7.180 que componen la plantilla y que también tendrá impacto en todo el sector. Además, ha llevado a los sindicatos a plantearse por primera vez movilizaciones.
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