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Fruits of Labor: La historia de una familia que trabaja en campos de fresas de California

  • El documental «Fruits of Labor» o «Frutos del trabajo» de la realizadora colombiana y estadounidense Emily Cohen Ibáñez, tuvo su estreno mundial en la más reciente edición del Festival de Cine South by Southwest.

Cuando alguien no tiene nada… cuenta historias… y las historias cuentan. «Fruits of Labor» el documental de la antropóloga Emily Cohen Ibáñez, cuenta una historia de los que no tienen nada, pero tienen raíces tan fuertes, tan bien arraigadas que pueden levantarse a diario en una tierra que los reniega y hacerla suya a pesar de todo.

Ashley Pavón había soñado con ser la primera de su familia en graduarse en la preparatoria y asistir a la universidad. Pero el temor a la posible deportación de su madre la empujó a asumir el papel de sostén de la familia.

Su historia se cuenta en uno de los documentales del 2022 San Diego Human Rights Watch Film Festival, que se celebrará virtualmente de nuevo este año, del 2 al 8 de febrero. El festival, una colaboración entre Human Rights Watch y el Museo de Artes Fotográficas de Balboa Park, llega a su edición 12.

‘Fruits of Labor’ ilustra íntimamente las complejidades de trabajar en varios empleos y terminar la escuela, todo ello mientras se intenta mantener las tradiciones de la adolescencia, como la planificación de una quinceañera.

El documental de 77 minutos, según la directora Emily Cohen Ibañez, es mucho más que una historia de inmigración. Es también una historia de madurez y una historia laboral.

“En 2016, se desarrolló una narrativa de que la elección de Trump fue realmente porque la clase trabajadora que era predominantemente masculina y blanca se sentía alienada. Eso podría haber sido una pequeña parte de la historia, pero esa no fue mi experiencia de la representación de la clase trabajadora en la América rural”, dijo Cohen Ibáñez.

“En pueblos como Watsonville, la clase trabajadora es café».

En la preparatoria, Pavón trabajó en campos de fresas en la ciudad de Watsonville, en el área de la bahía de Monterey, así como en una planta procesadora de alimentos.

A través de la documentación de las experiencias de Pavón, Cohen Ibáñez dijo que se sorprendió al saber cuántos adolescentes habían terminado trabajando en esos campos durante la administración de Trump porque sus padres eran indocumentados y tenían miedo de que fueran atrapados en las redadas de inmigración.

“Eran niños como Ashley los que llenaban ese vacío [laboral], y no vi que se contara esta historia”, dijo Cohen Ibáñez.

“Los niños siempre han trabajado en los campos de Estados Unidos, pero ese aumento, eso fue algo que fue – wow”, agregó.

«Fruits of Labor» cala, la voz de Ashley no parece la voz de una jovencita de 18 años, habla sobre su madre Beatríz Solis, sobre el peso de una familia sobre sus hombros, sobre pertenecer a una realidad que no te acepta por completo.

Cohen muestra estereotipos y cultura inmersas en cada frase, el español mezclado con el inglés, la fortaleza de la familia y la falta de excusa al trabajo. La voz de Beatriz en Ashley. La tranferencia de la cultura, la sabiduría que finalmente no solo los años, sino el sufrimiento brindan.

La historia de Ashley es la historia de su madre, de sus hermanos, de una comunidad pisoteada, ignorada, fuerte y trabajadora, que va a seguir reencontrándose y seguirá en lucha permanente, una historia de migrantes, de generaciones que decidieron, por la razón que sea echar raíces en otra tierra.