«Nos hemos sentado a negociar con ellos pero no aceptamos su propuesta», declara uno de los trabajadores.«206 trabajadores de la empresa CYMI se niegan a entrar a trabajar. Cobran entre 300 y 400 euros por debajo del convenio, no tienen representación sindical. La empresa se niega a pagar según convenio y se niega a pagar los atrasos firmados en el preacuerdo. Esperando a CCOO y UGT».
Las compañeras y compañeros de CYMI, que prestan sus servicios en la planta de Dragados de Puerto Real, no han llegado a un acuerdo con la patronal de su empresa. Estos trabajadores tienen, en muchos casos, sueldos de 300 euros por debajo del convenio. Ante la negativa de la dirección de la empresa en cumplir dicho convenio, mañana han decidido hacer una protesta en la entrada de la factoría.

«Nos hemos sentado a negociar con ellos pero no aceptamos su propuesta», declara uno de los trabajadores a lavozdelsur.es. «Nos han ofrecido un aumento sobre la tabla salarial del convenio de CYMI, pero nosotros lo que queremos es una aproximación a las tablas salariales del convenio del metal firmado el pasado jueves». Tras dos días de negociación, los trabajadores de CYMY han abandonado la reunión por falta de acuerdo: «Nos hemos leventado de la mesa y nos hemos ido».
«Dicen que que para ellos es inasumible ¿y nosotros entonces qué?», concluye. Además, ssegura que «más empresas del sector del metal están pensando en hacer lo mismo«. De momento, mañana lunes tienen prevista una protesta frente a la fábrica de Puerto Real.
Cabe recordar que en el sector del metal, sindicatos minoritarios como CGT o CTM no llegaron al 10% mínimo para entrar en la mesa de negociación, quedando en manos de UGT y CCOO.
EL ACUERDO, UN «RETROCESO»
El secretario general de acción sindical naval de CGT, Antonio Muñoz, consideró un «retroceso» el acuerdo de convenio firmado la semana pasada por CCOO, UGT y patronal, por lo que afirmó que no desconvocaban la huelga indefinida y animaba a todos los trabajadores que quieran a sumarse «porque es legal».
En declaraciones a los periodistas, Muñoz explicaba que se habían concentrado a las puertas del edificio de sindicatos para pedir explicaciones «tras las últimas maniobras de UGT y CCOO después de diez jornadas de auténtica lucha y de ejemplo para muchos trabajadores».
«Estamos aquí para ver si nos dan explicaciones en referencia a este preacuerdo de retroceso que han vuelto a firmar, ya que las explicaciones que nos han dado han sido nulas», señalaba el representante de CGT, que indicaba que «al no poder participar en la mesa de negociación, la información recibida ha sido como la que cualquier ciudadano de a pie ha podido recibir, de manera oficial ha sido nula».
Asimismo, apuntaba que «CGT no ha desconvocado la huelga» e invitaba a que «todos aquellos» que se quisieran sumar lo hicieran «porque es legal y no hay ningún problema».
«Todo se ha centrado en la subida del salario a través del IPC y si estábamos hablando de un interanual del 5,5, un 2,5 lo consideramos migaja», manifestaba.
CGT no estuvo en la mesa negociadora al no ser, al igual que CTM, uno de los sindicatos con representación mayoritaria en el sector. «Muchos trabajadores nos preguntan por qué no estamos en esa mesa negociadora porque entienden que si estuviéramos en esa mesa la cuestión sería bien distinta, pero la ley dice que si no tienes un 10% a nivel provincial dentro del sector no te permite estar en la mesa negociadora», explicaba Muñoz.
SUBIDA DEL IPC
La Unión General de Trabajadores (UGT) ha advertido este lunes de que la subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) hasta el 5,6% en noviembre mantiene la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, empeora la calidad de vida de los trabajadores y pone en riesgo la recuperación tras la pandemia y la creación de empleo.
El repunte del IPC en noviembre está impulsado por los precios de la alimentación y, en menor medida, de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, según ha informado el Instituto Nacional de Estadística (INE), por lo que desde UGT sostienen que las medidas del Gobierno para contener los precios de la electricidad han resultado «muy insuficientes y no están siendo eficaces».