Sandra María Fuentes, delegada de la CIG (Confederación Intersindical Galega) en Mercadona, pone de relieve la sobrecarga de trabajo a la que está sometida la plantilla de la compañía y todas las circunstancias que han desembocado en la misma. Ella lleva un total de 15 años trabajando en la empresa, por lo que ha vivido diferentes tiempos que, escuchándola, suenan como la noche y el día: aquellos en los cuales el cuidado a los empleados generaba sentido de pertenencia, y los actuales, un panorama completamente distinto.
Jornadas laborales eternas
En primer lugar, la delegada del sindicato gallego nos pide dejar constancia de la sobrecarga existente en los centros de trabajo, que «no sólo se produce en fechas señaladas», como puede ser la Navidad, y «no es que no existiese ya antes», pero que a raíz de la implantación de nuevos horarios y del denominado M.O.T. (Modelo de Organización de Tiendas) se ha acentuado enormemente.
Mercadona no tuvo más remedio que implantar el sistema de horarios 5+2 el 3 de agosto de 2020 en toda la cadena, pues antes incumplía la Ley del Estatuto de los Trabajadores en el siguiente punto:
Los trabajadores tendrán derecho a un descanso mínimo semanal, acumulable por períodos de hasta catorce días, de día y medio ininterrumpido que, como regla general, comprenderá la tarde del sábado o, en su caso, la mañana del lunes y el día completo del domingo.
El funcionamiento del sistema 5+2 no tiene misterio: «trabajas 5 días a la semana y libras 2 rotativamente; es decir, libras siempre domingo como día fijo y, a partir de ahí, una semana libras domingo y lunes, la siguiente domingo y martes y así sucesivamente».
Una iniciativa que la CIG vio con buenos ojos, «por un lado por la necesidad de cumplir la ley y, por otro, porque se suponía que iba a mejorar las condiciones de los trabajadores».
Los problemas llegaron cuando la implantación de nuevos horarios les dejó totalmente de lado, sin la más mínima flexibilidad. Así lo da a entender la delegada del sindicato gallego, matizando que ahora «la jornada laboral se ve incrementada en dos horas», pues «obligatoriamente se impuso de 6:00 a 14:30 -turno de mañana- y de 14:30 a 23:00 -turno de tarde», con un descanso de media hora «que lo pone el trabajador, no la empresa, sin darle a este más opción y ninguna flexibilidad».
Para los poco conocedores de las tareas a realizar en un supermercado, Sandra pone de relieve cuál es el trabajo más duro: «La mayor carga de trabajo se produce a tienda cerrada. No es lo mismo reponer a tienda abierta, con clientes de por medio, que vas a otro ritmo… A mí me gustaría que los clientes supiesen lo que pasa realmente a tienda cerrada porque los ritmos son extenuantes. Es decir, a ti te dicen ponte a reponer este pasillo, te encuentras con dos palés para poner en dos horas y dices «¡madre mía!», de locos».
En esto, tener un turno u otro influye bastante: «Por las mañanas todavía llegas fresquito de haber dormido, pero por las noches, después de realizar una jornada laboral de siete horas, no tienes la energía suficiente para cumplir con los tiempos estipulados. Es demasiado, estamos agotados».
La causa principal de este cansancio, más allá del ritmo de trabajo, es que Mercadona «no hizo ni hace contrataciones para cubrir el grupo de libranza». Por lo tanto, el trabajo que deja de hacer el grupo que libra tiene que ser asumido por los trabajadores que no lo hacen.
Además, apunta Sandra que los grupos no son «homogéneos», esto es, con el mismo número de personas librando cada día. Con lo cual, «los que se quedan trabajando no están recuperando las horas de la gente que libra».
Ahí no acaba el asunto. Entre el grupo de los que trabajan, «hay personal con reducciones de jornada», lo que desequilibra aún más la balanza, pues «la reposición se tiene que hacer a tienda abierta», pues la reposición a tienda abierta es más lenta.
Para tapar dichos agujeros, a los trabajadores restantes a menudo se les pide que hagan jornadas partidas (entrar a las 5:00 o salir a las 00:000) para realizar el trabajo pendiente, consiguiendo el efecto contrario: sobrecarga.
La prima anual como medida de presión
«Lo de entrar a las 5:00 y salir a las 00:00 no es algo puntual de diciembre, ni de víspera de festivo, como así está firmado en el acuerdo por CCOO y UGT», espeta Sandra.
Siguiendo el convenio, se pueden hacer jornadas de 10 horas de trabajo planificadas hasta dos veces a la semana. La delegada de la CIG desvela que, en lo que etiquetan como «un diciembre negro para los trabajadores de Mercadona», se hicieron «planificadas y sin planificar», jugando con «el tema de la valoración».
En la empresa valenciana se entrega una prima anual a aquellos trabajadores de tienda con una valoración positiva de los coordinadores.
«Si me vienen diciendo… «Oye Sandra, ¿mañana puedes entrar a las 5:00?» ¿Te voy a decir que «no» cuando la valoración está ahí a la vuelta de la esquina? Dicen que son voluntarias… Te juegas casi 3.000 euros y, en muchas ocasiones, juegan con eso».
Ritmo y clima de trabajo estresantes: el M.O.T.
La pregunta es: ¿por qué entrar a las 6:00 y no, por ejemplo, hacer de 7:00 a 15:30 o de 13:30 a 22:00? Sandra nos da la respuesta: «Porque tú a tienda cerrada repones mucho más rápido que a tienda abierta. El ritmo de reposición no tiene nada que ver. A lo mejor al trabajador le convendría más, pero a la empresa no. Entonces, de 6:00 a 9:00, que son tres horas a pleno rendimiento, corriendo como locos, llegan las 9:00 y no puedes ya con la vida».
En realidad, Mercadona no deja por motivos de imagen reponer a tienda abierta en determinadas franjas horarias, pero ante el volumen de trabajo y que no se contrata personal para suplir a los que libran, «a los coordinadores no les queda más remedio que hacerlo para cumplir con los objetivos impuestos y, a la vez, ocultarlo ante sus superiores, porque si lo dicen significa que no cumplen con su trabajo y tienen un pie y medio fuera de su puesto». Con esto, la delegada apuntilla que no está defendiendo a los coordinadores, ya que la CIG defiende a los que en Mercadona llaman ‘gerentes A’, que son trabajadores de base, no directivos.
Así pues, apunta al M.O.T. como el principal culpable de la sobrecarga que sufren en los centros de trabajo,que es entre otras cosas «organizar al personal para que haga determinadas tareas en tiempos determinados y, básicamente con estos tiempos estipulados y las limitaciones impuestas, es imposible de cumplir».
¿Cómo funciona? Un coordinador de tienda se basa en meras previsiones. En palabras de Sandra: «Si hoy es 1 de enero de 2021, coges de guía el 1 de enero de 2020. Y si la tienda creció un 5% el año pasado, pues le aplicas un 5% de incremento este. Siempre trabajas con previsiones y así, lógicamente, como coordinador te vas a equivocar porque no tienen ningún tipo de base exacta y no se puede saber lo que crecerás o dejarás de crecer este nuevo año. La tienda es algo que cambia todos los días: si en 2020 tuve una media diaria de 100 clientes de 9:00 a 9:30, este año podrán ser más o menos. Da igual el máximo que puedas acercarte, siempre será una previsión».
El embolado es que «la empresa exige al coordinador cumplir los horarios al cien por cien», pero si lo haces y sigues esas previsiones «estás muerto». Es fácil de comprender el error del M.O.T. prestando atención a Sandra: «Si a mí el horario me pide dos cajeros de 9:00 a 9:30 y resulta que en ese tiempo uno de los dos no tiene paso de clientes, tiene que estar allí sin hacer nada. Pero si de 9:30 a 11:00 la afluencia cambia, ese mismo empleado que, según el horario, tiene que estar reponiendo las estanterías, resulta que es llamado a cajas para una hora porque es necesario. Ese tiempo de reposición ¿quién lo cubre? Nadie».
Otro ejemplo: «La mercancía diaria viene medida en metros cúbicos. Para realizar su reposición, a mí me dan un tiempo, pongamos media hora por palé de carne. Si recibo cuatro palés de carne, el horario me tira dos horas de reposición. ¿Qué pasa? Que yo puedo recibir añadido y, por tanto, más palés y en vez de recibir cuatro palés, recibo seis y ya me falta una hora. Después, imagínate que cuatro gerentes tienen reposición de picking de 10:00 a 11:00, cuatro horas puestas en conjunto, pero dos de ellos, en vez de estar reponiendo, tuvieron que estar en cajas por el paso de clientes. Se me queda otra hora de trabajo sin cumplir. Ya van dos horas de la reposición de carne más una de la reposición de picking, tres en total que no se hacen. Además, según estos horarios hay determinadas horas que no puedes reponer, llamadas ‘semáforo rojo’. Si yo no repongo en ese ‘semáforo rojo’, esa mercancía anterior se me queda sin reponer. Un coordinador no se puede permitir tener las estanterías vacías y la tienda mal. Pero, ¡cómo no va a pasar! Y eso sin cumplir los horarios… Si cumples el M.O.T., ya olvídate».
En fin, ya se genera un vacío fruto de la rigidez horaria del M.O.T. y de la no contratación de personal y si el coordinador no se la salta, una de dos: o bien la mercancía se te acumula y hay estanterías vacías, o bien la cola de las cajas y secciones es inmensa. Basarse en previsiones e imponer un sistema rígido: la antítesis total.
«Un coordinador no puede decir que no cumple el M.O.T. porque se lo cargan, porque el miedo va así en esta empresa, de arriba a abajo», sentencia Sandra.
Por tanto, los mayores damnificados son los trabajadores y los coordinadores, pero confesar el daño que les produce el M.O.T. significaría «ir en contra de la dirección de la empresa» y «nadie se atreve a ello» porque desembocaría seguramente en una democión o un despido. Entonces, dando la espalda a la verdadera realidad que se vive en sus tiendas, como bien sintetiza la delegada, «se están engañando a sí mismos».
«Es lógica pura: si me libran ocho personas y no hago contrataciones, lo normal es que vaya pillado. Entrar a las 5:00 o 6:00 hasta las 9:00, el trabajo que realizas y al ritmo que lo realizas… Después no puedes pedir que una persona te rinda al cien por cien. Es imposible. La gente no puede más, está agotada. ¿Dónde está el factor humano ahí? No somos máquinas. Y tras una jornada laboral, cierras a las 21:30, ¿qué pretendes que haga hasta las 23:00? ¿Correr, después de hacerlo durante siete horas? Solo quieres recoger, que pase el tiempo, den las 23:00 e irte para casa. Ya no tenemos quinta marcha, estamos agotados.Ya no es la motivación de hace años, de esa gran empresa, de pertenecer a Mercadona. Desde el cambio en la dirección de tiendas esto fue de mal en peor y la implantación de los nuevos horarios… ya fue la gota que colmó el vaso».
Para colmo, «todos los meses atrás se hicieron horas extras, con la promesa de que serían pagadas, vieron como con la reducción de jornada establecida en la pandemia, la empresa les justificó que se compensarían unas por otras».
Llegados a este punto la duda que surge es qué pasa son las inspecciones internas: «Lo que dicen a la plantilla es que cuando venga la ‘visita de los responsables del M.O.T. o del jefe de zona’, todos a su sitio, todos por horario. Cuando se vaya, hacemos lo que tenemos que hacer. Esas visitas se saben y si no se avisan de una tienda a otra».