Categorías
Actualidad

Los accidentes mortales de trabajo suman un total de 650 muertes

El número de accidentes mortales hasta noviembre aumenta un 0,9% a pesar de la pandemia y del descenso de fallecimientos in itinere, concentrándose el incremento en la muertes en jornada de trabajo, 45 más que en el mismo periodo del año pasado.

El avance de estadísticas de accidentes de trabajo del periodo enero-noviembre de 2020 publicado ayer por el Ministerio de Trabajo y Economía Social en su web mantiene las tendencias de todo el ejercicio. Los accidentes de trabajo con baja descienden un -24,7% respecto al mismo periodo del año 2019, en buena parte debido a la ralentización de la economía producto de los efectos de la pandemia. El descenso es especialmente acusado en accidentes in itinere (-34,4%) gracias también a fenómenos como el teletrabajo y las restricciones de movilidad. En jornada de trabajo la disminución del número de accidentes se queda en un 23,2%. Atendiendo a los índices de incidencia (que muestran la siniestralidad relativa expresada en nº de accidentes por cada 100.000 trabajadores ocupados) todas las secciones de actividad experimentan descensos que van desde el -44,8% de la hostelería al -4,7% de las actividades sanitarias y de servicios sociales, reflejando el diferente grado de actividad que han mantenido durante la pandemia.

El mal dato de las estadísticas de accidentes de trabajo sigue estando en los accidentes mortales, que experimentan un aumento acumulado a lo largo del año del 0,9%, que supone un total de 650 muertes, 6 más que en el mismo periodo de 2019. Hay que tener en cuenta que la definición de accidente mortal incluye aquellos que se materializan hasta 12 meses después de la fecha del siniestro, por lo que la cifra total de muertes en el trabajo es todavía provisional y todo indica que aumentará. Si bien se trata de un dato más moderado que en meses anteriores, hay que señalar que mientras se han producido 39 accidentes mortales in itinere menos, en jornada han fallecido 45 personas trabajadoras más que el año pasado, lo que indica el deterioro de las condiciones de trabajo. Y si ponemos el foco en los índices de incidencia en accidentes mortales en jornada, variable que permite comparar entre diferentes años independientemente del volumen de población ocupada, vemos que los accidentes mortales aumentan un 11,7% para el conjunto de las actividades, un 79,8% para el sector agrario, un 21,5% para la industria y un 4% para los servicios. Únicamente la construcción refleja un descenso del -11,2%.

Los accidentes de trabajo causados por COVID-19 en los sectores sanitario y sociosanitario, únicas actividades que tienen reconocida esta contingencia profesional, se limitan a 7.394 de los que 17 son graves y 20 mortales. Estos datos suponen un grave subregistro ya que el Ministerio de Sanidad ya reconocía 72.801 contagios entre estos profesionales hasta el 18 de noviembre y 63 fallecimientos hasta el 5 de junio. De haberse notificado de manera correcta la totalidad de estos diagnósticos, los datos estadísticos serían sensiblemente peores, sobre en todo en el caso de los accidentes mortales.