En 1984 llegó la noticia del cierre de Euskalduna (Bilbo) donde trabajaban 2471 obreros; en ese mismo momento comenzaron las movilizaciones que duraron hasta 1988. De la brutalidad de las “democráticas” fuerzas represivas, comandadas por el PSOE, dejó constancia, el asalto al astillero que llevaron a cabo el día 22 de noviembre.
Los obreros fueron atacados con fuego real, uno fue herido de bala, otro murió de un infarto e impidieron la entrada de las ambulancias durante varias horas, a lo que se añadió los numerosos heridos por golpes; no contentos y como buenos mercenarios, destrozaron las instalaciones del astillero, entre ellas, la biblioteca, los comedores y las sedes de los sindicatos, excepto “casualmente” la de UGT.
“Comunicado de la asamblea del día 23.11.1984.
Denunciamos que el asesinato de nuestro compañero era una muerte anunciada. Antes de que la policía entrara en el astillero, el comité de empresa hacía un llamamiento «dramático» a la población de Bilbo, a partidos políticos y sindicatos, porque veíamos que hoy venían a matar.
El brutal vandalismo de la policía lo demuestra el hecho de que hayan saqueado los cuartos de centrales sindicales, biblioteca, váteres, local del comité, etc., así como el robo de víveres y botellas del comedor. Los trabajadores de Euskalduna hoy estamos más convencidos que nunca de continuar nuestra lucha en defensa del astillero. Evitar su cierre es el mejor homenaje que podemos brindar a nuestro compañero Pablo González asesinado esta mañana por la policía. ¡La lucha continúa!”
Sindicalismo 