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La clase obrera griega se enfrenta a las leyes antisindicales

Decenas de miles de personas se manifestaron en Atenas, Salónica, Patras, Volos y varias otras ciudades de Grecia durante una huelga general el jueves.

Los trabajadores se enfrentan a una nueva ley antisindical y antiobrera del gobierno de derecha de Kyriakos Mitsotakis. Sugiere la criminalización y arresto de los trabajadores en los piquetes por “usar violencia física o psicológica” contra los esquiroles.

También legaliza 13 horas de trabajo al día para dos patrones diferentes, una semana laboral de seis días, trabajar los fines de semana por salarios más bajos y otros ataques.

La huelga de 24 horas fue convocada por la confederación sindical del sector público Adedy, varias confederaciones sindicales del sector privado, el Centro de Trabajadores de Atenas y las centrales de trabajadores de otras ciudades.

La GSEE (el equivalente griego de la federación sindical británica TUC) no convocó una huelga para el sector privado. Abrió un “diálogo” con el gobierno sugiriendo “cambios y mejoras” para la nueva ley. Así que en la mayoría de las ciudades fueron los centros de trabajadores y los sindicatos locales quienes tomaron la iniciativa.

En Atenas, miles de trabajadores tanto del sector público como del privado asistieron a las manifestaciones. Había bomberos, profesores, trabajadores sanitarios, trabajadores municipales, trabajadores del transporte, actores y muchos otros.

Todos los transbordadores del país permanecieron en los muelles, muchos bancos cerraron y la mayor parte del transporte en Atenas y Salónica no funcionó.

El día antes de la huelga, los jueces, apoyados por el gobierno de Mitsotakis, decidieron que las huelgas convocadas por los trabajadores del control aéreo, los trabajadores del metro de Atenas y los trabajadores de los autobuses eran “ilegales”.

La administración del Metro de Atenas emprendió acciones legales contra el sindicato incluso antes de que hiciera pública su decisión de hacer huelga.

Pero eso provocó una huelga de 24 horas –más larga que la planeada originalmente– por parte del sindicato del Metro que paralizó Atenas.

Los dirigentes del sindicato de trabajadores de autobuses suspendieron su huelga, pero dijeron a sus miembros que hicieran huelga si querían. Esto significó el cierre parcial del transporte por autobús.

A pesar de que el gobierno de derecha de Nueva Democracia fue elegido por segunda vez hace apenas tres meses, se enfrenta a una crisis. Tres ministros ya han “dimitido” en un intento de calmar la ira que crece en la sociedad.

Durante estos tres meses, Grecia se ha enfrentado a enormes desastres. Los incendios forestales quemaron alrededor de 1,5.000 y en ⁵millones de acres y mataron a más de 30 personas, dos tercios de ellas inmigrantes que intentaban cruzar la frontera con Turquía. A los incendios siguieron inundaciones devastadoras.

Tesalia, la principal zona agrícola del centro de Grecia, durante una semana entera se convirtió en dos grandes lagos. Al menos 17 personas se ahogaron y decenas de aldeas quedaron bajo 3 metros de agua.

La línea ferroviaria que conecta Atenas con Salónica tardará meses en volver a estar en servicio. Miles de personas se encuentran sin hogar y enfrentan enfermedades sin ninguna ayuda real del Estado.

La gente está furiosa contra los recortes, las privatizaciones y las políticas procorporativas que los han dejado desprotegidos contra la crisis climática. Y también están enojados por el tremendo aumento de los precios mientras los salarios están estancados.

“He trabajado como bombero estacional durante cinco años”, dijo George, un bombero de Atenas. “El 31 de octubre, una vez más, tendré que ir a la oficina de desempleo a esperar que me contraten de nuevo para el verano. Esto es ridículo,»

“Según las cifras del gobierno, hay 3.500 bomberos menos de los que debería haber en el servicio de bomberos. Con todos estos desastres ambientales la gente nos necesita durante todo el año. Pero en lugar de eso tendré que quedarme sin trabajo otros seis meses”, añadió.

Durante las últimas semanas esta ira se convirtió en acción. Los sindicatos y la izquierda convocaron protestas en la ciudad de Alexandroupoli. donde un tercio del área fue quemada por incendios forestales que duraron 17 días.

A esto siguieron manifestaciones en las ciudades afectadas por las inundaciones en Tesalia. La policía los atacó brutalmente.

Todavía hay huelgas en hospitales y grandes manifestaciones locales en ciudades donde el gobierno planea cerrar instalaciones de salud.

El gobierno sabe que tarde o temprano tendrá que enfrentarse al movimiento obrero. Por eso está impulsando esta nueva ley antilaboral para atacar las huelgas.

Y al mismo tiempo juega la carta racista, convirtiendo a los refugiados en chivos expiatorios por “iniciar los incendios forestales”, por ejemplo. Esto da espacio y tiende puentes con los tres partidos fascistas y de extrema derecha que lograron elegir diputados en el nuevo parlamento durante las últimas elecciones.

Pero el 18 de septiembre, decenas de miles de personas marcharon en El Pireo, donde Pavlos Fyssas fue asesinado por partidarios nazis de Amanecer Dorado hace 10 años. Grandes manifestaciones antifascistas tuvieron lugar en todo el país, enviando el mensaje de que es el movimiento antifascista el que controla las calles.

Esta lucha continuará. El 8 de octubre se celebran elecciones locales en Grecia. En Atenas participará Ilias Kasidiaris, el exlíder de Amanecer Dorado, aún encarcelado. Eso es gracias a la generosa decisión de los jueces y del gobierno, que se lo pusieron fácil.

Una coalición radical y anticapitalista intentará superar el nuevo umbral del 3 por ciento para conseguir escaños en el consejo de Atenas. Costas Papadakis, uno de los abogados antifascistas en el proceso de Amanecer Dorado, es candidato,

Estas elecciones y la construcción de la izquierda anticapitalista son muy importantes. Pero, sobre todo, necesitamos la lucha en las calles y en los lugares de trabajo.

Fotos: Stelios Michailidis

Por Giorgos Pittas SEK