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¡Sin justicia, no hay paz!      

 La muerte de Nahel, un joven de 17 años, asesinado deliberadamente por un policía el martes 27 de junio en Nanterre durante un control de tráfico, provocó la indignación general y una ola de ira en todo el país.

La CNT-SO comparte esta rabia, se solidariza con los allegados a Nahel y apoya todas las movilizaciones que vengan frente a este nuevo crimen policial.
E
l implacable video del asesinato de Nahel provocóuna reacción hasta en la cúpula estatal, sin poder desplegar el habitual circo político-mediático de negación de la «violencia policial» ni encubrimiento de los perpetradores. Sin embargo, esto no es un error» aislado» e «inexplicable» . La semana pasada fue en Angulema donde ocurrió la misma escena. Las muertes se suceden: ¡trece en las mismas circunstancias en 2022! El
perfil recurrente de las víctimas, jóvenes de origen obrero e identificados como norteafricanos o afro-europeos, no deja dudas sobre el carácter racista de estos crímenes.
La serie actual está directamente ligada a la evolución legislativa desde Hollande y Cazeneuve, en 2017, que permite a la policía utilizar aún más sus armas, especialmente en el caso de la famosa “negativa de cumplimiento”.
Se debe más ampliamente a una cultura de la impunidad, la violencia y el racismo que prospera en las filas de la policía, amparada por las instituciones, una mafia sindical en gran parte ganada a la extrema derecha como profesión y la negación protectora de gran parte de la clase política.
Con Nahel, una vez más la policía mintió primero al declarar que habían estado en peligro. Sin la
existencia del video que las contradice, no cabe duda de que la versión policial se habría vuelto a imponer en los discursos mediáticos y políticos. ¡Esta impunidad debe terminar! La CNT- Solidarité Ouvrière apoya a todas las familias de las víctimas de la violencia policial que desde hace muchos años intentan obtener justicia a pesar de la omerta institucional y la oposición política.
N
o nos hacemos ilusiones con la institución policial , no se trata más de excesos individuales que ocasionales sino de una cuestión sistémica . Las prácticas racistas y discriminatorias (control facial etc.), la violencia y los crímenes, la mayoría de las veces impunes, se han perpetuado durante décadas y forman parte de una
dolorosa historia de caza de extranjeros, hoy sin techo, ayer republicanos españoles, judíos, independentistas argelinos…
El contexto actual también está fuertemente marcado por la cada vez más brutal represión y criminalización de las luchas sociales. Ante la fuerte protesta social (chalecos amarillos, movimientos huelguísticos, activismo ecologista, etc.), el Estado ha soltado voluntariamente la rienda a su Policía, que ejerce su violencia sin freno(mutilaciones, muertes, etc.).

El bloque burgués en el poder se está radicalizando rápidamente restringiendo las libertades públicas y organizando una sociedad de vigilancia. ¡Este autoritarismo debe ser combatido con firmeza!
Una vez más, el problema es sistémico. El hecho de que se le añada el adjetivo “republicano” no cambia nada, para el Estado la función principal de la policía no es proteger a la población sino controlarla y reprimirlas es necesario, al servicio de un orden social desigual. Por eso, la CNT-SO es una de las pocas confederaciones sindicales que se niega estatutariamente a sindicalizar a todas las “fuerzas represivas del Estado o de la patronal”.
Para que todo esto pare, la ira tendrá que converger hacia una gran transformación social que dé la espalda ala explotación económica ya todas las formas de dominación . Construyamos juntos este proyecto emancipador de nuestra clase, basado en la igualdad real, económica y social, la democracia directa y la autogestión.