- Las históricas altas tasas de paro, la división geográfica y la falta de infraestructuras lastran a una sociedad cada vez más desencantada
Los trabajadores y trabajadoras de las Auxiliares han demandado masivamente en las calles el desbloqueo del Convenio Colectivo, por parte de la Patronal, única responsable y culpable de esta situación, una Patronal que mantiene a las plantillas de trabajadoras y trabajadores, de las empresas que la engrosan, en total precariedad laboral, vulnerando constantemente los derechos adquiridos de los trabajadores, mermando las condiciones laborales teniendo como resultado la pérdida cada vez más acentuada del poder adquisitivo de las familias obreras. Eso sí a cambio de grandes beneficios y buenos resultados en las cuentas del empresario.
Los trabajadores y trabajadoras han dicho basta. Basta ya de precariedad laboral, basta ya de abusos. El colectivo exige de una vez por todas un Convenio Colectivo digno, y a la vez, si se llegase a un acuerdo satisfactorio, que se cumpla, por todas las empresas sin excepción.
El próximo día 16 de noviembre, hay prevista una convocatoria de paro indefinido. Si esta Patronal no cambia de actitud, si no se llegase a un acuerdo que satisfaga las reclamaciones justas y razonables que piden los trabajadores y trabajadoras del Metal.

La columna de humo negro es bien visible desde la acomodada urbanización gaditana de Bahía Blanca. Arden tuberías, palés y rastrojos sobre el asfalto de la carretera Industrial que da acceso a los astilleros. En pocos minutos, el fuego irrita los ojos, solivianta a la masa de más de 2.000 trabajadores del metal y colapsa la bahía de Cádiz. Unos 20.000 empleados del sector más combativo de la provincia están en huelga por la pérdida de poder adquisitivo que denuncian sufrir.
Juan José Cumplido nunca podrá olvidar ese 22 de febrero de 2007. A las nueve de la mañana, un grito recorrió la fábrica de Delphi: “¡Parad máquinas que esto cierra!”. Semanas después, 50.000 personas salieron a la calle para apoyar a los casi 2.000 trabajadores que acabaron perdiendo su empleo. 14 años, un divorcio y 150 cursos formativos después, a Cumplido le recomiendan ocultar en su currículum que trabajó para la multinacional automovilística. “Lo que ha ocurrido en esta provincia es el ‘divide y vencerás’”, resume el también sindicalista de CGT que, a sus 56 años, sobrevive con una ayuda de 450 euros y la indemnización del despido.
La última Encuesta de Población Activa de octubre dio un respiro a las siempre sombrías estadísticas del paro gaditanas con una una tasa de 23,16%, 137.000 desempleados. El porcentaje deja atrás los malos datos de la pandemia y está lejos del 40,6% que alcanzó en febrero de 2013 por la anterior crisis económica. Pero la recuperación del presente se oscurece, si se tiene en cuenta que la provincia es la segunda de España en desempleo —por detrás de Huelva— y que ese 23,16% está lejos del 14,57% de media en el conjunto del país.
“En un ranking, alguien siempre tiene que estar el último, la clave es que la diferencia con el primero no sea grande”, reflexiona Manuel Arcila, profesor de Geografía de la Universidad de Cádiz. En la década de los 70 y 80 se acentuó con las reconversiones pesqueras y navales, “a las que se les dio soluciones que no fueron acertadas”, apunta el geógrafo. Los que este pasado miércoles clamaban por sus salarios y por carga de trabajo son, en muchos casos, hijos y nietos de aquellos trabajadores de Astilleros que quemaron la bahía.
Los sindicatos han anunciado que mantendrán la convocatoria de la huelga indefinida en metal de Cádiz, prevista desde el próximo 16 de noviembre, después del fracaso de las negociaciones, los trabajadores del metal han protagonizado varias movilizaciones y paros en Cádiz como medida de presión ante la huelga indefinida del próximo 16 de noviembre, que sigue en pie si no se produce ningún cambio durante el fin de semana.